89 Clouds, del poeta Mark Strand y la artista Wendy Mark, es uno de los libros más bellos sobre el tema de las nubes.

Eh! qu’aimes-tu donc, extraordinaire étranger ?
– J’aime les nuages… les nuages qui passent… là-bas… là-bas… les merveilleux nuages !”
Charles Baudelaire
El solo concepto de lo nuboso obliga a pensar a un tiempo en bruma y en altura, y ello apela a ese leve romance que existe entre los hombres y la imprecisión. “El hombre está enamorado y ama lo que se desvanece / ¿Qué más se puede decir”, se preguntó W. B. Yeats. Y es que acaso solo un poeta o un artista, como fue el caso Baudelaire o de J.W. Turner, pueda acceder a eso tan eternamente elusivo que son las nubes.
En 1991 el poeta ganador del Pullitzer Prize Mark Strand y la artista Wendy Mark se reunieron para crear uno de los libros más bellos que hay sobre el movedizo tema de las nubes. Una memorable colección de pequeños fantasmas. 89 Clouds es un poema en 89 versos sobre el fenómeno atmosférico que ha dado forma(s) a más de una imaginación dispersa. Quizás parecido al ominoso poema de Wallace Stevens “Thirteen Ways of Looking at a Blackbird”, 89 Clouds también es una lista de posibles maneras de ver las nubes –que nunca son iguales, ni siquiera a sí mismas– con el afortunado acompañamiento de las ilustraciones de Mark.
Sin orden particular, estos son algunos de los versos del libro, que se quedan en la memoria como se quedan las nubes en el recuerdo (porque “ningunablancura (perdida) es tan blanca como el recuerdo de la blancura”).
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Una nube nunca es un espejo
Las palabras sobre las nubes son nubes mismas
Si la nieve cae dentro de una nube, solo la nube lo sabe
Cada lago desea una nube
Una nube sin forma siempre está abierta
Las nubes son arrastradas por aves invisibles
La nube que se ha ido nunca regresará
Una nube es una catedral sin fe
Una nube iluminada desde dentro es el estudio de alguien
Una nube sueña solo con triángulos
http://www.faena.com/aleph/es/articles/89